visita mi web creativa

lunes, 27 de diciembre de 2010

Benthe en navidad

Fotografía de Minako Tasaki
http://www.flickr.com/photos/minako375/

Tengo dos ojos uno alegre y otro triste, daltónica en sentimientos, con la alegría de vivir y la tristeza de las corrientes que se lo llevan todo: todo, menos la nube negra de un cromosoma partido.


Juego en la bañera de agua caliente, espuma y vapor. Dibujo absorta xx, xy, trazos grandes y pequeños, borro su geografía precisa del vaho de la ventana, sumerjo mis pies grandes, mis manos hábiles bajo la espuma. Me falta el aire, Benthe de algodón y sueño. Desearía meterme en una lavadora, tú y yo y nacer de nuevo. Tengo un ojo triste y el otro alegre, daltónica en el amor, cocinera frustada en la creación. Busco el hilo que te recuerde el reloj, la frontera, la salida. Palpo la palabra, beso el bocado que te despierte del sueño de algodón, y que provoque a tu piel de mantequilla a estirar y encoger la sábana que te cobija.

Remuevo la espuma, recuerdo las velas del templo, la luz de la fe que me devolvió Buda. No encuentro las fuerzas para alcanzar la toalla, resbalan por mi piel apagada las mondas de naranja, piso con intensidad la canela en rama. ¿Me puedes alcanzar el movimiento, la lectura, el sonido para refregar a mi bebé con palabras, con música y vida viva? Quiero abandonar esta vida sueño, de algodón y nube. Mi dulce Benthe, cromosoma pálido que nos dormiste la vida.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Burro de Barro


Platero es pequeño, como si fuera de algodón y sus ojos de azabache parecen verlo todo.

Tus manos de alfarera se hunden en el barro, del torno surgen mil botijos que contendrán agua siempre fresca. De tus manos, en la siesta, surgirá el burro de barro, el capricho. Moldeas con precisión su cabeza, sus orejas. Tu sabiduría artesana te permite triunfar con esas patas de aspecto fuerte y fragilidad de barro. Agua, manos, burro. Cambiaría mil Barbies por tener entre mis manos tan sólo uno de tus burros. Como los sombreros de Úrculo, como sus maletas y sus viajeros, tus barros de animal son marcas de autora.

Yo ya no sé montar en burro. En los pueblos vivían. Recuerdo en burro a un tío que nunca llegué a conocer, nunca llegué a hablar con él, porque el tío Federico siempre se iba en burro al campo, había tanto por hacer. En los pueblos, ¿viven ya los burros? ¿Cómo era esa expresión ... vaca-burra, no? No sé ni cuándo, cómo o por qué se emplea, pero me suena, y no muy bien por cierto. Desconozco si para conocer a un burro de verdad hay que ir a un pueblo, a la Huelva de Platero o a Cataluña.

No sé de dónde sacarlo, dónde encontrarlo, pero quiero un burro de barro que surja de tus manos, con su crin horadada, con sus orejas altas, con sus dientes al viento. Quién te conozca que te compre, diente por diente, burro por burro. ¿Dónde están los comics de ZipiyZape, con sus orejas de burro y sus ceros políticamente incorrectos?

Si eres burro, mándame un mensaje, te espero en la cabeza de asno. Recuerda: burradas las justas, no seas borrico. Si eres de barro burro tendrás un lugar entre mis manos, en mi memoria, corazón con corazón, burro olvidado.


viernes, 10 de diciembre de 2010

A Christmas gift


Fotografía de Minako Tasaki
http://minako3751226.blogspot.com/


He visto rodar a mi corazón como una rueda
¿será de madera este corazón mío?

Cantos redondos y medievales
de madera de carro,
avanza mi corazón.

Tropiezo barro y piedras.
En una intuición de otoño,
rueda mi latido.

Este carro no me tira para adelante
sino que baja desbocado
de madera rueca
cantos redondos, ancestrales.

Las sandalias y el barro frenan
la inercia hacia el fondo frío.

He visto rodar a mi corazón como una rueda
¿será de madera este rubí mío?

domingo, 5 de diciembre de 2010

Llegada



Vengo de los mares del sur, zarandeada por las corrientes de Tarifa, desbordada por el azote de poniente. Traigo las sogas del vendaval, el hilo fino de la resaca y la brisa. Por encima de todo, vengo.

Llego destruida. Sobre mis mejillas la arena mojada, fría. Por mis andrajos adivinarás que antes conocí la dicha, pasión enmarañada que desemboca en desconsuelo. Llego molida por el viento y sé que merezco un leve descanso.

Siento el lado cóncavo de la playa que me sostiene. El rugir de la tempestad sobrevenida. Grandes troncos de madera salada me hacen compañía. ¿Dije fría? estoy viva, eso es lo que importa.

De la levedad al levantarse, ¿cuántos son los pasos?, ¿dónde están las fuerzas?, ¿cuáles son mis anclas?, ¿en qué cajón guardé mis velas?

Levantarse Pina, levantarse.
Levantarme en 8 tiempos, en 6, en 4, en 2, en 1.
Alzarse sobre una misma como proceso.

Vengo de los mares del sur, rastreada por las corrientes de Tarifa, desbordada por el azote de poniente. Traigo las sogas del vendaval, el hilo fino de la resaca y la brisa. Por encima de todo, vengo. Me levanto, me sostengo.




martes, 30 de noviembre de 2010

En el leve espacio de un coche


Te oigo todos los días. Dices que vives solo y cuentas al parabrisas: ayer, otra vez, me cabreé conmigo mismo. Sigue cantando y relájate.

Tu volante.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Imagino que hay ascensor


Fotografía de Minako Tasaki

Deseo que al abrir la puerta del portal esté el ascensor, ruedo el carrito con la compra a rebosar y me encuentro con los mismos peldaños de ayer. Inspiro y veo a mi madre, a mi abuela yendo a por agua a la fuente, tiro del carro, y esta vez, siento perfectamente de qué carro se trata. Sigo subiendo hasta el siguiente rellano, si tuviera el suficiente dinero no viviría en un cuarto sin ascensor me digo, en seguida, contrarreplico: las determinaciones tienen un precio y el coste a pagar son 128 escaleras de subida y 128 de bajada, la mejor contratación de internet que podrías imaginar, tira.

Busco una salida por el hueco de la ventana, el sol me deslumbra y atisbo los árboles del patio interior: delicias del Madrid de los tejados en cuesta, árboles escondidos tras edificios espigados. No, no me olvido: si intento espirar en los momentos de máximo esfuerzo será más fácil, hay que programar al cuerpo para que se relaje en los momentos de máxima tensión. Dani me dice: imagina que tiras la carga, luego la cogerás con más ganas. Intento subir ligera sobre un peldaño y otro, casi me he finiquitado el segundo rellano, suspiro. ¿En qué momento dije sí a las escaleras?

De camino hacia el tercer piso, recuerdo a Cyro subiendo y bajando los brick de leche de una anciana que bajaba por unas escaleras, francamente muy empinadas. La hospitalidad bahiana viene en mi ayuda en secuencia de color chocolate: si estuviera aquí Cyro me dedicaría a mirar su cuerpo sedoso y sus pies de muelle... No me queda otra, integro a ese muchacho joven y fuerte dentro de mí. Sus piernas rápidas ahora son las mías, y casi llego al cuarto.

Llegamos a la cuarta y última ventana, regalo del cielo de Madrid y, antes del fondo, una casita entre las nubes. Sí, creo que ya que estoy tan cerca de la puerta de entrada que me puedo permitir el lujo del descanso por un minuto, un minuto de sabor a esfuerzo conseguido. Me enfilo como un toro mirando el último tramo de escaleras, subo rapidito enfocada hacia la puerta del hogar. ¿Quién dijo que subir cuestas era un reto?

Finalmente, concluyo: no me gusta subir escaleras cargada, pero me encanta haberlas subido. La llave gira y la casa nos espera en todo su esplendor, al carro y a mí. Viva la alegría de saber llegar a buen puerto. Imagino que mañana tampoco habrá ascensor, pero sé que tengo cuatro plantas para dar rienda suelta a la imaginación, las piernas son sólo poleas de viento.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Fuges de mim

Fotografía de Minako Tasaki


Palabra huyes de mí cuando más te necesito. Mis pies caminan en dirección contraria a mis instintos. Son las doce y media en el reloj de Sol, la figura hierática me dibuja la decisión de permanecer, hace frío. Palabra te encallas cuando te reclamo.

Mis pasos lentos se frenan, mis manos abiertas no son capaces de entregar un sí, de acariciar un ahora sí. Sigo caminando en dirección opuesta. Siento el freno y no vienes en mi ayuda, desapareces palabra. Balbuceo y dudo sobre qué dirección tomar. Niego el valor del momento, apuesto sin querer por las rutinas de los días iguales. No tomar decisiones es decidir.

Veo una sombra en el suelo, es mi corazón en negativo. Se abre un agujero, alguien tira un cigarro y tapona la oquedad. Cenizas de un misterio sin resolver. Palabra fugaz te fuiste sin enhebrar mis labios con los suyos.


Para ver más fotos de Minako, pincha aquí:
http://www.flickr.com/photos/minako375/

martes, 9 de noviembre de 2010

Están secas las hojas




Cuéntame los cuentos más largos esta noche. Susúrrame el movimiento de las hojas de otoño cuando suben las escaleras de la salida del metro, cuando el viento azota la cara fría y dicen que hay que seguir avanzando.

Cántame la nana más larga ahora y siempre. Deja que el olor penetrante de las natillas recién hechas de madre me inunden bajo las mantas, invítame a levantarme de esta cama pesada de hojas secas.

Lávame las manos que se me caen todas las certezas. Recuérdame donde está cada tecla en mi piano, rásgame esta melodía caída en el alféizar de todas mis ventanas.

Límpiame el horizonte que se me estoy quedando ciega. Limpia los cristales turbios de estos malos tiempos que no acaban.

El largo viaje hacia la noche es un cuento que me desgarra. Dile a padre que no me abandone, que me cuente una y otra vez los misterios ocultos de la vida, que me descubra la belleza del sol y del frío, que me ate a la tierra, que me enrede en este río, que me temple en las noches de invierno aunque el calendario diga que es tiempo de hojas secas. Dile a padre que cómo me cuesta reír, que sé que él es el sol de la noche y el incienso de la madrugada.

Cuéntame los cuentos más largos esta noche, que no lo dudes, que hoy, también tengo frío.





lunes, 8 de noviembre de 2010

GPS personal




A veces me desoriento y no sé llegar a los sitios, entonces me voy a una calle conocida, a una estación de metro frecuente en mis recorridos: me detengo, proceso itinerarios y resuelvo. Sorprendentemente, reconocer lo conocido me hace fácil el camino y me permite llegar alegre al nuevo destino.

sábado, 30 de octubre de 2010

Cortázar

Hace muchos años en Rivas, en una mañana de sábado Montserrat Cano nos agasajó a todos los talleristas con este espléndido cuento de Cortázar. Cuando se aproxima el 1 de noviembre siempre me acuerdo de aquel día en que nos topamos por primera vez con las mangostas. Rindo aquí homenaje a Julio Cortázar y a las maestras y maestros de literatura que tanto bien nos hacen durante el resto de nuestras vidas.




Texto procedente de La vuelta al día en ochenta mundos. Julio Cortázar.


Ninguno de nosotros recuerda el texto de la ley que obliga a recoger las hojas secas, pero estamos convencidos de que a nadie se le ocurriría que puede dejar de recogerlas; es una de esas cosas que vienen desde muy atrás, con las primeras lecciones de la infancia, y ya no hay demasiada diferencia entre los gestos elementales de atarse los zapatos o abrir los paraguas y los que hacemos al recoger las hojas secas a partir del dos de noviembre a las nueve de la mañana.
Tampoco a nadie se le ocurriría discutir la oportunidad de esa fecha, es algo que figura en las costumbres del país y que tiene su razón de ser. La víspera nos dedicamos a visitar el cementerio, no se hace otra cosa que acudir a las tumbas familiares, barres las hojas secas que las ocultan y confunden, aunque ese día las hojas secas no tienen importancia oficial, por así decir, a lo sumo son una penosa molestia de la que hay que librarse para luego cambiar el agua a los floreros y limpiar las huellas de los caracoles en las lápidas. Alguna vez se ha podido insinuar que la campaña contra las hojas secas podría adelantarse en dos o tres días, de manera que, al llegar el primero de noviembre, el cementerio estuviera ya limpio y las familias pudieran recogerse ante las tumbas sin el molesto barrido previo que suele provocar escenas penosas y nos distrae de nuestros deberes en ese día de recordación. Pero nunca hemos aceptado esas insinuaciones, como tampoco hemos creído que se pudieran impedir las expediciones a las selvas del norte, por más que nos cuesten. Son costumbres tradicionales que tienen su razón de ser, y muchas veces hemos oído a nuestros abuelos contestar severamente a esas voces anárquicas, haciendo notar que la acumulación de hojas secas en las tumbas sirve precisamente para mostrar a la colectividad la molestia que representan una vez avanzado el otoño, e incitarla así a participar con más entusiasmo en la labor que ha de iniciarse al día siguiente.
Toda la población está llamada a desempeñar una tarea en la campaña. La víspera, cuando regresamos del cementerio, la municipalidad ya ha instalado su quiosco pintado de blanco en medio de la plaza y, a medida que vamos llegando, nos ponemos en fila y esperamos nuestro turno. Como la fila es interminable, la mayoría sólo puede volver muy tarde a su casa, pero tenemos la satisfacción de haber recibido nuestra tarjeta de manos de un funcionario municipal. En esa forma y, a partir de la mañana siguiente, nuestra participación quedará registrada día tras día en las casillas de la tarjeta, que una máquina especial va perforando a medida que entregamos las bolsas de hojas secas o las jaulas con las mangostas, según la tarea que nos haya correspondido. Los niños son los que más se divierten porque les dan una tarjeta muy grande, que les encanta mostrar a sus madres, y los destinan a diversas tareas livianas pero sobre todo a vigilar el comportamiento de las mangostas. A los adultos nos toca el trabajo más pesado, puesto que, además de dirigir a las mangostas, debemos llenar las bolsas de arpillera con las hojas secas que han recogido las mangostas, y llevarlas a hombros hasta los camiones municipales. A los viejos se les confían las pistolas de aire comprimido con las que se pulveriza la esencia de serpiente sobre las hojas secas. Pero el trabajo de los adultos es el que exige la mayor responsabilidad, porque las mangostas suelen distraerse y no rinden lo que se espera de ellas; en ese caso, nuestras tarjetas mostrarán al cabo de pocos días la insuficiencia de la labor realizada, y aumentarán las probabilidades de que nos envíen a las selvas del norte. Como es de imaginar hacemos todo lo posible para evitarlo aunque, llegado el caso, reconocemos que se trata de una costumbre tan natural como la campaña misma, y no se nos ocurriría protestar; pero es humano que nos esforcemos lo más posible en hacer trabajar a las mangostas para conseguir el máximo de puntos en nuestras tarjetas, y que para ello seamos severos con las mangostas, los ancianos y los niños, elementos imprescindibles para el éxito de la campaña.
Nos hemos preguntado alguna vez cómo pudo nacer la idea de pulverizar las hojas secas con esencia de serpiente, pero después de algunas conjeturas desganadas acabamos por convenir en que el origen de las costumbres, sobre todo cuando son útiles y atinadas, se pierde en el fondo de la raza. Un buen día la municipalidad debió reconocer que la población no daba abasto para recoger las hojas que caen en otoño, y que sólo la utilización inteligente de las mangostas, que abundan en el país, podría cubrir el déficit. Algún funcionario proveniente de las ciudades linderas con la selva advirtió que las mangostas, indiferentes por completo a las hojas secas, se encarnizaban con ellas si olían a serpiente. Habrá hecho falta mucho tiempo para llegar a esos descubrimientos, para estudiar las reacciones de las mangostas frente a las hojas secas, para pulverizar las hojas secas a fin de que las mangostas las recogieran vindicativamente. Nosotros hemos crecido en una época en que ya todo estaba establecido y codificado, los criaderos de mangostas contaban con el personal necesario para adiestrarlas, y las expediciones a las selvas volvían cada verano con una cantidad satisfactoria de serpientes. Esas cosas nos resultan tan naturales que sólo muy pocas veces y con gran esfuerzo volvemos a hacernos las preguntas que nuestros padres contestaban severamente en nuestra infancia, enseñándonos así a responder algún día a las preguntas que nos harían nuestros hijos. Es curioso que ese deseo de interrogarse sólo se manifieste, y aun así muy raramente, antes o después de la campaña. El dos de noviembre, apenas hemos recibido nuestras tarjetas y nos entregamos a las tareas que nos han sido asignadas, la justificación de cada uno de nuestros actos nos parece tan evidente que sólo un loco osaría poner en duda la utilidad de la campaña y la forma en que se la lleva a cavo. Sin embargo, nuestras autoridades han debido prever esa posibilidad porque en el texto de la ley impresa en el dorso de las tarjetas se señalan los castigos que se impondrían en tales casos; pero nadie recuerda que haya sido necesario aplicarlos.
Siempre nos ha admirado cómo la municipalidad distribuye nuestras labores de manera que la vida del estado y del país no se vean alteradas por la ejecución de la campaña. Los adultos dedicamos cinco horas diarias a recoger las hojas secas, antes o después de cumplir nuestro horario de trabajo en la administración o en el comercio. Los niños dejan de asistir a las clases de gimnasia y a las de entrenamiento cívico y militar, y los viejos aprovechan las horas de sol para salir de los asilos y ocupar sus puestos respectivos. Al cabo de dos o tres días la campaña ha cumplido su primer objetivo, y las calles y plazas del distrito central quedan libres de hojas secas. Los encargados de las mangostas tenemos entonces que multiplicar las precauciones, porque a medida que progresa la campaña, las mangostas muestran menos encarnizamiento en su trabajo, y nos incumbe la grave responsabilidad de señalar el hecho al inspector municipal de nuestro distrito para que ordene un refuerzo de las pulverizaciones. Esta orden sólo la da el inspector después de haberse asegurado de que hemos hecho todo lo posible para que las mangostas sigan recogiendo las hojas, y si se comprobara que nos hemos apresurado frívolamente a pedir que se refuercen las pulverizaciones, correríamos el riesgo de ser inmediatamente movilizados y enviados a las selvas. Pero cuando decimos riesgo es evidente que exageramos, porque las expediciones a las selvas forman parte de las costumbres del estado a igual título que la campaña propiamente dicha, y a nadie se le ocurriría protestar por algo que constituye un deber como cualquier otro.
Se ha murmurado alguna vez que es un error confiar a los ancianos las pistolas pulverizadoras. Puesto que se trata de una antigua costumbre no puede ser un error, pero, a veces, ocurre que los ancianos se distraen y gastan una buena parte de la esencia de serpiente en un pequeño sector de una calle o una plaza, olvidando que deben distribuirlo en una superficie lo más amplia posible. Ocurre así que las mangostas se precipitan salvajemente sobre un montón de hojas secas, y en pocos minutos las recogen y las traen hasta donde las esperamos con las bolsas preparadas; pero después, cuando confiadamente creemos que van a seguir con el mismo tesón, las vemos detenerse, olisquearse entre ellas como desconcertadas, y renunciar a su tarea con evidentes signos de fatiga y hasta de disgusto. En esos casos el adiestrador apela a su silbato y, por un momento, consigue que las mangostas junten algunas hojas, pero no tardamos en darnos cuenta de que la pulverización ha sido despareja y que las mangostas se resisten con razón a una tarea que de golpe ha perdido todo interés para ellas. Si se contara con suficiente cantidad de esencia de serpiente, jamás se plantearían estas situaciones de tensión en las que los ancianos, nosotros y el inspector municipal nos vemos abocados a nuestras respectivas responsabilidades y sufrimos enormemente; pero desde tiempo inmemorial se sabe que la provisión de esencia apenas alcanza para cubrir las necesidades de la campaña, y que en algunos casos las expediciones a las selvas no han alcanzado su objetivo, obligando a la municipalidad a apelar a sus exiguas reservas para hacer frente a una nueva campaña. Esta situación acentúa el temor de que la próxima movilización abarque un número mayor de reclutas, aunque al decir temor es evidente que exageramos, porque el aumento del número de reclutas forma parte de las costumbres del estado a igual título que la campaña propiamente dicha, y a nadie se le ocurriría protestar por algo que constituye un deber como cualquier otro. De las expediciones a las selvas se habla poco entre nosotros, y los que regresan están obligados a callar por un juramento del que apenas tenemos noticia. Estamos convencidos de que nuestras autoridades procuran evitarnos toda preocupación referente a las expediciones a las selvas del norte, pero desgraciadamente nadie puede cerrar los ojos a las bajas. Sin la menos intención de extraer conclusiones, la muerte de tantos familiares o conocidos en el curso de cada expedición nos obliga a suponer que la búsqueda de las serpientes en las selvas tropieza cada año con la despiadada resistencia de los habitantes del país fronterizo, y que nuestros conciudadanos han tenido que hacer frente, a veces con graves pérdidas, a su crueldad y a su malicia legendarias. Aunque no lo digamos públicamente, a todos nos indigna que una nación que no recoge las hojas secas se oponga a que cacemos serpientes en sus selvas. Nunca hemos dudado de que nuestras autoridades están dispuestas a garantizar que la entrada de las expediciones en ese territorio no obedece a otro motivo, y que la resistencia que encuentran se debe únicamente a un estúpido orgullo extranjero que nada justifica.
La generosidad de nuestras autoridades no tiene límites, incluso en aquellas cosas que podrían perturbar la tranquilidad pública. Por eso nunca sabremos - ni queremos saber, conviene subrayarlo - qué ocurre con nuestros gloriosos heridos. Como si quisieran evitarnos inútiles zozobras, sólo se da a conocer la lista de los expedicionarios ilesos y la de los muertos, cuyos ataúdes llegan en el mismo tren militar que trae a los expedicionarios y a las serpientes. Dos días después las autoridades y la población acuden al cementerio para asistir al entierro de los caídos. Rechazando el vulgar expediente de la fosa común, nuestras autoridades han querido que cada expedicionario tuviera su tumba propia, fácilmente reconocible por su lápida y las inscripciones que la familia puede hacer grabar sin impedimento alguno; pero como en los últimos años el número de bajas ha sido cada vez más grande, la municipalidad ha expropiado los terrenos adyacentes para ampliar el cementerio. Puede imaginarse entonces cuántos somos los que al llegar el primero de noviembre acudimos desde la mañana al cementerio para honrar las tumbas de nuestros muertos. Desgraciadamente el otoño ya está muy avanzado, y las hojas secas cubren de tal manera las calles y las tumbas que resulta muy difícil orientarse; con frecuencia nos confundimos completamente y pasamos varias horas dando vueltas y preguntando hasta ubicar la tumba que buscábamos. Casi todos llevamos nuestra escoba, y suele ocurrirnos barrer las hojas secas de una tumba creyendo que es la de nuestro muerto, y descubrir que estamos equivocados. Pero poco a poco vamos encontrando las tumbas, y ya mediada la tarde podemos descansar y recogernos. En cierto modo nos alegra haber tropezado con tantas dificultades para encontrar las tumbas porque eso prueba la utilidad de la campaña que va a comenzar a la mañana siguiente, y nos parece como si nuestros muertos nos alentaran a recoger las hojas secas, aunque no contemos con la ayuda de las mangostas que sólo intervendrán al día siguiente cuando las autoridades distribuyan la nueva ración de esencia de serpiente traída por los expedicionarios junto con los ataúdes de los muertos, y que los ancianos pulverizarán sobre las hojas secas para que las recojan las mangostas.


sábado, 23 de octubre de 2010

La llegada de Florence



No me dices hola al entrar, tan sólo miras mi piel negra, mis manos grandes. No imaginas que mi piel es suave, que mi corazón es algodón del Sur, que para que yo entre hoy en este ascensor urbano cientos de cuerpos se juntaron en la noche, cientos de manos trabajaron la tierra, y tres generaciones anteriores a mí migraron del campo, que mi abuela también sabía abrir un grifo, y ahora estás aquí mirándome.

Ilustración: Carmen Arevalillo


Veo tus ojos europeos cómo escudriñan mi cuerpo de mujer grande por debajo de tus gafas, probablemente eres miope, de ahí tu proximidad e insistencia. Muestro mi sonrisa, y tu corazón, esponja magullada de alquitrán y humo, comprende. Por fin, sonríes y me saludas. Ahora me siento bien en este ascensor de ciudad gris, orgullosa de mis manos grandes y mi piel café, negra y suave.


jueves, 21 de octubre de 2010

Desde Uruguay con el corazón: Benedetti





«Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres. Sembrando tu confianza, te dejo junto al mundo, derrotando imposibles, segura sin seguro (...) Pero tampoco creas a pie juntillas todo. No creas, nunca creas,
este falso abandono. Estaré donde menos lo esperes. Por ejemplo, en un árbol añoso de oscuros cabeceos. Estaré en un lejano horizonte sin horas, en la huella del tacto, en tu sombra y mi sombra (...)».

Así se despedía Mario Benedetti en 'Chau número tres'. El uruguayo reflexionaba sobre la relatividad de la ausencia. También ahora es relativa. Como legado deja sus palabras y su forma de entender la vida.



LA INFANCIA

«La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca» .

«Es a veces un paraíso perdido, pero otras, es un infierno de mierda».


EL APRENDIZAJE


«Mi primer trabajo fue en una empresa de repuestos de automóviles, luego 15 años en una inmobiliaria y luego, al periódico —primero como redactor del semanario 'Marcha'—; y al tiempo, taquígrafo, porque con un solo empleo no se podía sobrevivir». Pasó de ser taquígrafo del consejo de la Facultad de Humanidades a dirigir un departamento de literatura latinoamericana en la Universidad.



«He trabajado ocho y diez horas diarias en cosas que no tenían nada que ver con la literatura, empecé a ganarme la vida con ella en el exilio».


EL AMOR

«Yo siempre digo que soy fiel, pero no fanático en el amor». En 1946 contrajo matrimonio con Luz López Alegre, su compañera hasta que falleció en 2006 enferma de Alzheimer.

«Si el corazón se aburre de querer, para qué sirve».



«Porque eres mía, porque no eres mía, porque te miro y muero, y peor que muero, si no te miro amor, si no te miro (...)». Son versos de 'Corazón coraza', uno de los muchos poemas de amor que escribió Benedetti.

«Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos. Mi táctica es
hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible. Mi táctica es quedarme en tu recuerdo. No sé cómo ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vos. Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros, para que entre los dos no haya telón ni abismos. Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites»



LA POLÍTICA


«Nunca fui comunista, nunca milité en partidos. Estuve algún tiempo en el Frente Amplio, pero como independiente. No sirvo para dirigente. Para un intelectual es muy duro. Me encontré hablando ante 60.000 personas haciendo planteamientos en los que no creía. Me dejaba un malestar de conciencia espantoso. Creo que puedo hacer más políticamente con lo que escribo que desde una tribuna».


EL EXILIO

«Me echaban y me amenazaban de muerte. De Uruguay tuve que irme porque estaban a punto de meterme preso y torturarme. De Buenos Aires, porque una asociación profascista me puso en una lista de condenados a muerte y me dieron 48 horas para que me fuera. Me marché a Perú y me metieron preso sin que yo hubiera hecho absolutamente nada político. Me deportaron a Argentina, donde estaba amenazado de muerte. Me ofrecieron asilo en Cuba, donde dirigí un departamento de literatura en La Casa de las Américas —por primera vez me gané la vida literariamente— . Y de La Habana, a Madrid».


LA POESÍA


«La poesía es el género en el que un escritor interviene más con su propia vida. Los otros géneros son de ficción, la poesía no». Benedetti ha publicado más de 80 libros, traducidos a una veintena de idiomas, que abarcan todos los géneros literarios.


«Un poema lo puedo escribir en un avión, en un fin de semana o mientras espero al destino».


«Mis maestros fueron Vallejo, Neruda, Pessoa y Borges, a quien se le admira por sus cuentos pero se le quiere más por sus poemas, porque se muestra como era, un ser desvalido y frágil».


EL OLVIDO

«El olvido está lleno de memoria —es el título de uno de sus libros—. Está lleno de memoria y esa memoria vuelve a salir».

EL 'DESEXILIO'

«El exilio es el aprendizaje de la vergüenza. El desexilio, una provincia de la melancolía».

Benedetti consiguió regresar a Uruguay en 1985. «El país había cambiado después de diez años de dictadura, pero yo también, después de 12 años domiciliado en cuatro países tan distintos. De los gobiernos no se aprende nada, pero de la gente de la calle yo aprendí mucho y entonces volví diferente, más maduro, otra persona, aunque siempre con el arraigo de mi ciudad».

LA RELIGIÓN

«Debo ser una de las personas menos religiosas del mundo. La única religión válida para mí es la conciencia; y la poesía tiene mucha vinculación con la conciencia».

«Yo no sé si Dios existe, pero si existe sé que no le va a molestar mi duda».



LA UTOPÍA

«La utopía es una cosa que debemos mantener. Por definición, es algo que nunca se realiza por completo, una cosa que parece imposible y después resulta que se realiza. Siempre digo que los tres grandes utópicos que ha dado este mundo son Jesús, Freud y Marx. Gracias a ellos la humanidad ha dado pasos positivos».


«Aunque de cada utopía se realice un 10%, gracias a ese 10% la humanidad ha mejorado un poco. Yo soy un optimista incorregible» .


LA CONCIENCIA

«Las causas en las que he creído y creo han sido derrotadas, pero yo no me
siento derrotado en cuanto a mis creencias, en cuanto a mis posiciones ideológicas y seguiré luchando por ellas. Sin éxito eso sí. Mientras pueda dormir tranquilo no me consideraré un derrotado total».


EL SOCIALISMO

«Con todos sus defectos, la utopía socialista es la que puede traer bienestar a la Humanidad. Pese al fracaso del socialismo democrático de los países del Este, porque no fueron fieles, y desvirtuaron la esencia, yo no me he borrado de las ideologías».

EEUU

«No es por falta de motivos que no me haya rendido al pesimismo. La Humanidad va hacia el suicidio. Cuando los poderes estaban repartidos, la contradicción permitía a veces ciertas mejoras sociales, pero ahora la única posibilidad de cambio es que se dé dentro de Estados Unidos: que los norteamericanos se machaquen entre ellos».


EL TIEMPO

«Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo».

«Preciso tiempo, necesito ese tiempo que otros dejan abandonado porque les sobra o ya no saben qué hacer con él. Tiempo en blanco, en rojo, en verde, hasta en castaño oscuro. No me importa el color. Cándido tiempo que yo no puedo abrir y cerrar como una puerta», versos del poema 'Tiempo sin tiempo'.


LA MUERTE

«Es tarde. Sin embargo yo daría todos los juramentos y las lluvias, las paredes con insultos y mimos, las ventanas de invierno, el mar a veces, por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso en mí que estoy enteramente solo, sobreviviéndote» , versos de 'Ausencia de Dios'.

«Hay que vivir como si fuéramos inmortales».

«Cuando me entierren, por favor, que no se olviden de mi bolígrafo», sentenció en 'El Rincon de Haikus'.


Fuente: http://www.elmundo. es/especiales/ 2009/05/cultura/ benedetti/ album/index. html

lunes, 11 de octubre de 2010

La vía muerta despierta


Anoche crucé la línea y me encontré a viejos amigos que se calentaban alrededor de la hoguera, me recibieron con alegría y el pasado se fundió en un mal sueño que apenas ahora recuerdo.


Esta vez cruzar fue como la vez primera, equilibrando mis pasos con los tacones, que ventajas del tiempo ya no me quedaban grandes. Los collares largos de cuentas rojas, regalos de la hospitalidad Bahíana, me animaban a seguir adelante. Me agarraba a ellos como quien se aferra a su talismán más querido, sin embargo, no mostraba ya ni tan siquiera una pizca de mis miedos. Caminaba segura con mis zapatos rojos de tacón ancho por la línea de acero.

Iba cruzando los raíles de mi vida, recuperando el pulso, la dirección. En el bolso llevaba guardado el rumbo envuelto en papel albal para que no se mojara, para que no se me perdiera, para que sonara en las máquinas infrarrojas de la frontera, sabiendo ya que el rumbo no se quita, como quién se despoja de las botas y el cinturón en un aeropuerto, lo siento esta vez ya no. Me operaron de la columna y los sentimientos y ahora tengo que ir siempre con esta bolita de papel albal, ustedes comprenderán que me va la vida en ello. El hombre de la aduana me guiñó un ojo y consintió en que mi rumbo se quedara conmigo al otro lado de la línea.


El caso es que yo ya había soñado a mis pies calzados en altura bambolearse, sin detenerme, sin dudas, sin rozar siquiera las traviesas de la vía férrea. Recordaba el color rojo de mi collar largo de semillas pintadas. Hace años que sentí ese movimiento impreciso de caderas, antes también fui equilibrista con la vida.

Le di la mano al pirata más grande del mundo, le reconocí por su barba de bucanero. Esta vez había recuperado la pierna izquierda, ya no cojeaba, avances de la ciencia supongo. Sus abrazos habían ganado anchura, su pelliza negra de cuero seguía siendo tan protectora como siempre, su botas negras imponentes, esta vez, no me daban miedo. Ya conocía el calor de sus manos, y la profundidad de aquellos ojos color aceituna, ese hombre de aspecto maléfico era mi amigo, me estaba esperando después de tanto tiempo.


Izamos las velas del barco de los sueños: destino a la realidad. Llamámos a toda la tripulación dispuesta a emprender de nuevo viaje, sonreímos a nuestra bandera y desde lo alto del mástil le grité de nuevo al mundo: la función va a comenzar. Como por encanto o por viento nuevo, el escenario volvía a estar bajo mis pies, vi las boquicaras de un público entregado y supe que ya no volvería a dejar jamás mi vocación: el teatro.

martes, 28 de septiembre de 2010

Hacia el fondo frío


He visto rodar a mi corazón como una rueda
¿será de madera este corazón mío?

Cantos redondos y medievales
de madera de carro,
avanza mi corazón.

Tropiezo barro y piedras.
En una intuición de otoño,
rueda mi latido.

Este carro no me tira para adelante
sino que baja desbocado
de madera rueca
cantos redondos, ancestrales.

Las sandalias y el barro frenan
la inercia hacia el fondo frío.

He visto rodar a mi corazón como una rueda
¿será de madera este rubí mío?


sábado, 25 de septiembre de 2010

Mi ombligo me abre al mundo

I.

Te amo a ti reflejo de mi espejo.
Ombligo y mundo
enhebro en un solo hilo
sombra y perspectiva.

Mi ego en los pies
se echa andar
coherente, constante
como los Heavies de Gran vía
hoy comienzo de nuevo
a caminar por empeño
para no volverme
para no parar.

II.

En un restaurante japonés
aprenderé lo desconocido
Starters: what about me?
Main course: me & myself.
Dessert: Fondue ´jazz me, just me

Con palillos tiraré del hilo
from my belly button.
Comeré horizontes, gengibre
y al mundo circular.

Me limpiaré las pisadas de otros y...
pagaré las cuentas con convicción
para no olvidarme
para no perder
para detenerme y saborear

el valioso infinito de mi ombligo-mundo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Hallazgo

De todos mis maestros y mis guías creativas he comprendido que la poesía es la voz de la emancipación, un medio tranquilo y poderoso para cambiar el mundo. Una vez me encontré a mi profesora de literatura cuando ya había terminado el instituto y le confesé cuanto echaba de menos la literatura a pesar de estar encantada con estudiar sociología. Ella me respondió que la literatura la llevamos siempre dentro, que no hace falta que nadie nos la de, todos podemos leer y escribir siempre, lo mágico es compartir los hallazgos con los demás.

Ha pasado mucho tiempo desde aquella respuesta y ahora lo que me digo es que somos muchos los que vivimos con intensidad nuevas poéticas, somos artistas en activo que no producimos para museos al uso, pero que percibimos la realidad cotidiana como una manzana a punto de morderla. Lo que nos diferencia es nuestra forma de percibir las rutinas y lo cotidiano, y cómo somos capaces de encontrar nuestro mejor canal expresivo para comunicarlo.

Nelken Rot

jueves, 16 de septiembre de 2010

Olivo


Lo que me gusta de ti, árbol, es tu quietud
.

domingo, 12 de septiembre de 2010

País de Polillas



Puede que no nos pensáramos gusano
pero sí planeábamos con el deseo de la mariposa.
Parece que ahora somos plaga de polillas.

En las noches en blanco vamos atraídos por la luz
y morimos
con las alas pegadas a una bombilla fugaz.

Somos el país del fogonazo y chequera
de la tarjeta de crédito y las cervezas.

Somos gusanos y capullos.
Pudiendo planear el vuelo de las volvoretas
atacamos los armarios de la Unión Europea.

Nos planeaban ser primeras potencias
y tan sólo somos un país de polillas.

España es paño de polillas

jueves, 9 de septiembre de 2010

Aperturas -Poemas de la nevera -

Jornada de puertas abiertas, ábrete sésamo, abre la boca y come, abrelatas, abierto hasta el amanecer, abre las piernas, vuela, abrir la escotilla, abrir la llave de paso, abierto a todos los públicos, calle abierta al tráfico, se abren libros, abrir las botellas, descorchar los deseos, el día ha abierto, mar abierto, avertículo abierto, coto de caza abierto, red abierta, emisión en abierto. Dunas del desierto abren espejismos, se abren los embalses de tu corazón, ¿a ver si está abierto? Abierto sólo para menores. Arriba las manos y abra las piernas, se abren fronteras, abra las cadenas y los candados, tienda abierta, se abre la veda, abre la puerta y paso, abra sin fumar, abierta la matrícula, clase abierta. Boba con la boca abierta, boquiabierto, embobado y abierto. Alberto, ¿me abres una nuez? Abre todas las ventanas, te has dejado la puerta abierta, escote abierto.

Abrimos a las cuatro de la tarde, abierto los sábados y festivos, abrefácil, abrefrágil, abreágil, abrir las alas, abrir un pollo en dos. Corazón abierto, él. Sonrisa abierta, ella. Miradas abiertas, las. Miradas abiertas. Pies abiertos, los. Pies abiertos. Abrir un regalo, abrir una ventana, vistas al mar abierto, abrir un jarabe, una botella de cocacola, libro abierto, abrir por arriba, cabeza abierta, se abren cerraduras, abrir un diccionario, opositar sin abrir un libro, abierto de mente. Abrir un melón, él. Abrir una sandía, ella. Abrir con los dientes para arriba, abrir tu sótano, abrir mi caja de Pandora, abrir por una página, abrir por curiosidad, abrir un caso, a bribir que son dos días, abrir un himen, abrir la nevera, la lavadora, lavavajillas abierto, abrir con un beso, abierto por atrás, abrir por el final, final abierto.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Baby steps


Guardo en la caja de los hilos la palabra tirar. Soslayo del contenedor de reparto una sonrisa, un a mí sí me vale. Saco uno a uno los alfileres del acerico seco de mi corazón. Introduzco en mi dedo capital, corazón, el dedal que mueve y protege mi destino.

Preparo la tela de lino. Me decido por el color vainilla. Hilo y tela rompen el maleficio de lo tirado. El dedo corazón roza los bordes: la tela y el telar, el pulgar y la tela, roces. La urdimbre, el gusto por bordar la vida.

La aguja daña para unir. El dedal acompaña el camino. La intención es el valor. La acción, el nuevo traje. Transformo mi voluntad de caer tirada, de liberar el pasado, por un deseo de dar, por la conveniencia de vender.


Compro calcetines nuevos para dejar de andar descalza.

lunes, 30 de agosto de 2010

Llegó septiembre





Como el caballo del ajedrez salto casillas
y en ninguna me quedo.
Que alguien salve a la Reina
de las Repúblicas,
a la musa de Sabina, a la princesa Peleona.

Que se callen los vecinos impertinentes
que paren el tráfico a esta vuelta al cole
que el frío no llegue y el alfil no se me cruce.
Que los peones no conozcan la cola del paro.
Que el Rey sirva para algo.

Que las torres me alcen en lo alto
de este desamparo y la música apacigüe

todas las magulladuras del verano.






La letra de esta canción es de nuestro querido Port.

sábado, 28 de agosto de 2010

¿Cómo están los pájaros de tu cabeza?


Exite un lugar, como tantos otros, donde se han dejado crecer los árboles, donde se han sembrado mantos de hierba, donde la estrellas te acogen en la noche fresca del verano y los pájaros cantores te despiertan por las mañanas. Qué suerte tengo que ahora, por unos días, vivo en ese lugar.

Ahora que estoy quieta sé que los destinos de las aves no son inciertos, ellas gustan del reposo en el lugar conocido: hacen sus nidos junto a la chimenea, beben del agua del estanque, y gorjean sobre los pinos que miran al Sur. Al principio de verano revientan colores y gozan de la intensidad de la cereza.

Aves y pájaros son libres. Quisiera llevarme de este verano el reposo, el aterrizaje y el vuelo de las geografías de las aves.

jueves, 26 de agosto de 2010

Almería marchita. Cara A.

Calma. Vacío. Agua.

San José amenazada por un gentío de bañadores sin cabeza. Sombrillas de colores flotan bajo las ondas de la bandera verde. Mar, chicharras y griterío amasan barro al calor de los cactus.

Tenedores golpean platos, el reloj se desnivela: desayunos a media tarde y comidas a la hora de la cena. Duermen los turistas singles al despertar de las rutinas.

San José, playa marchita de soledades ocupadas.
Padre putativo, playa.
Marchita playa ... de niños de padres hippies.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Atracción por el puma

El cascarón se rompe remolón.
Viernes, Venus, ¿vienes?


Navegamos como imanes
hacia el epicentro del Tsunami,
nosotros.

Se sumergen los cuerpos
entre remolinos de arena.

Compartimos divos
besos de Venus.
Rescatamos plenos
perlas negras.

Nos despedimos a la fuga.
Viernes, Venus, vienes y ... te vas.


sábado, 7 de agosto de 2010

El sostén perdido


Después
de amputar mi brazo izquierdo,
de quitarme la nariz
de dejarme los pies en los zapatos
de olvidarme el pelo en el cepillo
de depositar las orejas junto a los pendientes...

Después

de encontrar vestidos con cinturas marcadas
rebuscar cuellos entre bufandas
jugar con anillos olvidados en guantes
de apoyar mi almohada sobre un pecho amable

Después descubro que

ahora no encuentro el plano de la baldosa
que me sujeta.


miércoles, 4 de agosto de 2010

Las mismas cajas: a tirar

Hace casi un año exacto, el 8 de agosto de 2009 escribí en mi urbangarten la entrada de Tirar, parece que no aprendo porque la suscribo con el mismo empeño. Para quiénes no me conocías entonces, os transcribo el post:

Tirar los muebles, tirar pa´lante, ir de tirado, tirar papeles, tirar de no se sabe qué carro, no saber por dónde tirar. Tirarse por la ventana, (engancharse entre las cuerdas de la ropa, dejar el tobillo tirado, digo enganchado). Tirar el dinero, tirantes, tiritas, tiranteces, tirar confeti, tirar monedas, (o mejor, tirar billetes por los aires), subirse a un globo, tirar lastre, tirar el tiempo, tirar de la vida, tirar para abajo, tirar los trastos, tirar a dar,
tirar por lo bajo, tirar tiros, (qué horror de tarados). Tirar cohetes, tirar la basura, tirar a los otros, este chico me tira, tirar para atrás, tira a mamá del tren, tírate un pedo, tirita de risa, tira los zapatos rotos que tanto te gustan. Tirar las cartas de amor de hace 20 años, (o inventar una historia con los renglones bonitos, volar los sobres en las ramas de un árbol), tirar tizas desde el estrado, tirar agua por la ventana, tirar con la pelota, tirar besos al público, tirar besos a la tía y decir adiós con la manita, la manita de jazmines de nuestro Mateo. Tirar por arriba, tirar al monte, como Paco y su Camino de Santiago, tirar los envases al contenedor amarillo, tirar las notas de COU, (craso error). Tirar cable, tirar de una palanca, tirar de un manguito, tirar de la manga, tirar del pantalón con los zapatos puestos, (mala práctica). Tirar de la cometa. Tirar estatuas. Tirar la ropa de un ser querido que ya no está. Tirar la ropa que ya no te pones.Tirar las servilletas de papel sucias dentro de la basura orgánica, tirar de los pelos, (entre primas y vecinas es más frecuente). Tirar de la lengua, tirar el diente de leche superior al tejado, y tirar el diente inferior del niño al suelo, (el ying yang japonés). Tirarse el rollo, tirarse el pisto, tirar de una cuerda, aflojar tensiones, tirar semillas de sandías en los parques, tirar colillas en el alma de los fumadores, tirar los bolos, tirar de los ahorros, tirar como madre coraje. Tirar del hilo y descubrir el pastel. Tirar puñales (y no acertar a la manzana, sino a la cabeza). Tirar de congelados, tirar de tickets restaurant, o de tuppers. Tirar el móvil a una pecera, tirar millas, tirar la casa por la ventana, tirar puntillas, tirar tartas a la cara, tirar piedras por la espalda, tirar a los tirados, tirar el ramo de novia, tirar a los dictadores, tirar de la tarjeta de crédito, tirar a hacer pupa, tirar el tacón de aguja en la cara del tío de la gomina. Tirar, (por fin), todos los jarrones de Lladró, tirar el whisky a alguien, tirar demasiada agua por los desagües, tirar el talento, propio o de los demás, tirar la tele, tirar de la bici, tirar el bocadillo... Estoy que lo tiro. Lo tiro todo. Nelken del tirón.

Tirar: fuerzas centrífugas y centrípetas que exigen esfuerzo o dejadeces, alegría o violencia, afecto o tristeza.

La propuesta del año pasado era abrir una entrada entendida como vertedero literario desde urbangarten. Quién quiera hacer uso, just feel free y dí, expresa libremente lo que te gustaría tirar de tu vida y del mundo. Vivan los parques urbanos y los llamados puntos limpios: clasificaciones variadas de lo tirado.


viernes, 30 de julio de 2010

Fieras


Tiraba de la toalla como si fuera el juego de la cuerda. Decidida insistía con fuerza, tiraba. Frente a ella unos ojos marrones crispados tiraban en dirección contraria. Él miró al suelo para coger fuerza y rebufar como los toros, comprobó de nuevo, soltó. Ella cayó en la arena.


Queridas amig@s:

Una vez más estamos en verano y creo que con el calor hay que recuperar el espíritu lúdico vacacional. Propongo que en este verano 2010, el año en que Cataluña ha decidido suprimir la fiesta taurina de su territorio, escribamos entre todos una gran diversidad de continuaciones y finales para este microrrelato titulado Fieras.

Sed bienvenid@s, que la creatividad e imaginación os acompañe, pese al calor.


jueves, 29 de julio de 2010

Caparazón de tortuga


Me olvidé que te olvidaste, ya no sé si lo importante fue que no trajiste el protector solar o que tardaste más de 3 horas en venir por él. En esta playa de olas repetidas cuento el número de desencuentros de este invierno. Un hilo fino de cuentagotas indolente enumera los besos salados que se fueron.

martes, 27 de julio de 2010

Arrebatos



Barrillos, poros negros, lágrimas negras, granitos. Con este careto no puedo ir a ninguna fiesta. Chatarra, monedas, suelto, miserias. Con esta poca guita no puedo ir de tapas. Grasilla, lorzas, michelines, lloricos, chicharrones. Paso, con este cuerpo vacilón, voy a la playa.




Ilustración Natalia Auffray
http://nataliaauffraygarcia.blogspot.com/2009/05/blog-post_9559.html


viernes, 23 de julio de 2010

Amanece

ilustración de www.angelyague.com.es. Realizada para el Proyecto placeres



Sueño sudada bajo tus sábanas, deseo tu piel de agua, recorro los torrentes y los valles de tu cuerpo. Suena el despertador y deseo sueño. Tanteo con los ojos cerrados tu geografía sobresaliente ... y ya no estás. Tan sólo toco sudor entre tus sábanas.

miércoles, 21 de julio de 2010

El amor definicionista



Si el sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos acerca y retiene en virtud de sus propiedades físicas a otro cuerpo externo a sí mismo, o que lo absorbe dentro de sí y que, procurando una correspondencia mutua de una persona con otra en el movimiento afectivo hacia algo que apetece para alcanzar el grado de perfección espiritual en que el alma, desasida de toda criatura, se une con su Creador por la caridad, de suerte que solo aspira a cumplir en todo la voluntad divina, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear, se filtra como la sustancia cuyas moléculas están formadas por la combinación de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, líquida, inodora, insípida e incolora, se filtra, repito, como el componente más abundante de la superficie terrestre y, más o menos puro, que forma la lluvia, las fuentes, los ríos y los mares; es decir, es parte constituyente de todos los organismos vivos y aparece en compuestos naturales entonces me conformo o avengo al intento o deseo de otra persona para obtener una consolidación de los labios de la herida del alma con aquello que tiene una extensión limitada, perceptible por los sentidos simplificada.

lunes, 19 de julio de 2010

Actitud ante la mala racha



Hoy no me caí porque vivo en un negro feliz.






Ilustraciones
.NAG. objetos únicos-arte a parte
http://nataliaauffraygarcia.blogspot.com





viernes, 16 de julio de 2010

Conversación secreta

Ilustración de Paz Aymerich
http://www.paz-aymerich.com/

Las luces de mi pequeña ciudad se apagaron, me pregunté que quién lo hizo, pero sabía que en ese momento importaba poco, sólo me quedaban adoquines destartalados por tentar a punta de zapato como respuesta inmediata a mis preguntas y maldiciones. De pronto sentí la noche cerrada, pese al calor y la ausencia de nubes. La sentí silenciosa, pese al eco de las risas del público urbano que contemplaba, con asombro y gran atención, al mimo de Sol que actúaba a altas horas de la madrugada. Todavía su imagen y la risa resonaban en mi memoria. La algarabía popular de fiesta nocturna improvisada en pleno centro de Madrid desaparecía de mi mente según avanzaba de camino a casa.

La calle donde vivo se transformó en una bajada oscura, sin velas. Los tacones, que ya me mataban desde horas antes, inestabilizaban aún más mis pasos, ralenticé mis andares de zancuda inexperta y dejé que mis brazos equilibraran tanta zozobra. Canté para acompañarme Hard times come again no more. Bajaba, bajaba por mi calle con calor y sin luz, los zapatos, recién estrenados, no eran los más adecuados. Me pareció que ser coqueta tributaba en Hacienda y que me había tocado pagar en especie. Al llegar al zaguán de mi portal, miré de nuevo exhalando el aire, aliviada; poco antes de conseguir abrir la puerta a tientas alcé la vista al cielo y para mi sorpresa me sentí gratamente observada.

La osa mayor, tras muchos años de ausencias, esta noche vino a mi encuentro a recordarme dónde está el norte, a iluminar mis miedos de niña grande, a decirme que por muy negro que se vea todo, siempre hay luz al final del túnel. Me quito los zapatos y descalza entro más sabia por la puerta del ascensor, mientras, tarareo bajito Me llaman el negro feliz.




domingo, 11 de julio de 2010

The fight for the right written words

Sobre el suelo escritos

los criterios ruines de voces en cortejo que dicen no.

El micrófono de mis noches es luz y es verde.


Muerte de los obesos ruiseñores que confunden:

el verso con lo higiénico,

el grito con ser voz.

sábado, 10 de julio de 2010

Conversaciones en urbangarten

¿Para qué te vas sueño?

...

y el viento dijo ....

soy susurro del sueño ....
arranca los sueños marchitos de tu pasado ....

Sembrar la noche,
dormir al sueño.
Nacen brotes de sueños.

Soñar, regar la vida.

domingo, 27 de junio de 2010

Lluvia de verano


No me gusta correr ni cuando llueve, le dijo Caperucita al bolo. Prefiero detenerme en cada gota, sentir el frío sobre mi cuerpo vivo. Saber que tengo una casa que me espera, que estás con la toalla dispuesto a recibirme. Albergar tus abrazos bajo el agua caliente, reteniendo el tiempo. Jugar por la vereda de tu espalda, reír. Recorrer descalzos el camino hasta saborear de nuevo el hogar hoguera.


miércoles, 23 de junio de 2010

Salvar las noches y los días


Sois la perita en dulce que pende del peral.
El ojal, que abrocha mi destino.


Lector@s asiduos de escritores en red

Compartir Poesía
Coropez
Cantando bajo el Sol

Lector@s asiduos de mi Urbangarten


Molte grazie a tutti

Nelken Rot




domingo, 20 de junio de 2010

Pétalos de póliza


Mis pólizas, pétalos de margarita disecada.

Al tocarlas

se des hacen
se des vanecen
papel de fumar
cenizas del cénit
que fue mi seguridad.


Pétalos de papel firmado
des hechos
sofocados en almohadas.
Plumas de cabreo
vuelan por mi cama.

Pólizas que me pierden
la paciencia.
Me dirigen
al laberinto oscuro,
la reclamación escrita.

Solicitar la paz
previa
y no obtener respuesta.

jueves, 17 de junio de 2010

Dibuje el lugar geométrico donde reside su corazón


Vivíamos en la misma calle, me fui. Como residíamos en el mismo barrio decidí no coger el mismo autobús, y desde entonces, me desplazo en bici. Al vivir en la misma ciudad iba cautelosa por la cinta transportadora del aeropuerto. Porque vivíamos en el mismo país decidí no ver la tele para no compartir el mismo telediario.

Corazón, cuanto más te huyo, más te encuentro, hoy llamo a tu puerta.Llueve.

viernes, 11 de junio de 2010

Solución imperfecta


Me quitaron un ladrillo para mejorar las vistas, y se me cayó la casa.


sábado, 5 de junio de 2010

La cajita de madera de Anita Free



Para darse cuenta de lo que realmente está pasando dicen que lo mejor es darse un golpe, yo me acabo de fostiar hace 35 minutos con el pico de la ventana, al levantarme de forma súbita
del letto protetor con el fin de hacer un pis nocturno fuera de guión. Yo y mis temperamentos, héle ahí, hemos hincado mi cabeza somnolienta contra el pico de la ventana a medio abrir. Esto es empezar bien el verano... ¿Será que me tengo que dar cuenta de algo importante?

Afortunadamente, ya lo tengo todo controlado, pero me estaba acordando de lo que dijiste ayer cuando estábamos en el coche, eso de tener un vecino majete como garantía para vivir más tranquila al estilo single, pero claro, aunque me salga sangue por la cabeza, a estas horas no era plan de despertarle. Por muy majo que sea, son las cinco de la mañana. Todo esto ha sido un poco caótico, tenía alcohol, sí, porque tengo varias botellas de alcohol en el baño, pero no encontraba el resto del botiquín. A la hora de la verdad, no tenía algodón, ni betadine, aún así, mientras me apretaba fuerte mi cabezota con sangre, seguía buscando, algodón, un kleenex... Si tuviera un bastoncillo, en la casa del año pasado los bastoncillos los tenía en el baño en el mueble de la derecha, pero ahora no estoy en esa casa. Joder, ¿dónde tengo los bastoncillos?, ¿en el sótano? o tal vez, ¿los tiré porque está fatal limpiarse los oídos con bastoncillos? El betadine, necesito betadine, el bote chiquitín de emergencia de cuando me fui a Brasil en 2006, mierda, está todo en una cajita de madera monísima en casa de mi madre, no me la traje, al final, con tanta casa, no me la traje. Ya tengo el kleenex, chorrazo de alcohol, me estoy cabreando esto no empapa, no sé cómo es de grande o pequeña la herida, apríetate Anita, apríetate que así no sale tanta sangue. Está bien, tranquilidad, a grandes males, grandes remedios, échate un buen chorro de alcohol, directo en tu linda cabezota que duele, acierta Anita, acierta, joooooder, se escurre, se escurre, no no, al ojo no, idiota no, hoooostia puta: escuece, escuece, mira que voy a tener que llamar a Alex para que me dé algodón y que me diga qué gravedad tiene esto.

Mierda, mierda son las 5.15 de la mañana, el ambulatorio está cerrado, si sigo con la sangue tendré que ir a la Paz, en bici, eso sí, sin casco y apretándome, a ver, ay mastuerza, cómo me escuece el ojo, ah, ah, ya lo tengo: los circulitos antimaquillaje hace tanto que no los uso que no me acuerdo ni de su nombre, los circulitos, los circulitos son como de algodón, mejor que la mieeerda esta de kleenex cutre de semáforo que no empapa. A ver, a ver, ah, lo intento de nuevo, si tendrían que estar aquí los bastoncillos, en estos cajoncitos, anda mira, pero si tengo aquí una movida del kit de emergencia de Brasil 2006, un spray betadine post-moderno que escuece un carajo... Decidido, me lo enchufo y con cuidado porque dos agresiones al ojo pueden ser fatales. A ver, a ver, no llego a verme, el lavabo me impide acercarme lo suficiente, no, por mucho que me espachurre la tripa, no llego, hay que joderse, y son las cinco de la mañana, y todo por un puto meo inoportuno. Bueno, me voy al espejo del salón, porque afortunadamente, en esta casa tengo salón y con espejo. Quiero ponerme hielo, joder, ¿a ver cómo es esto?, ¿tendré que ir al ambulatorio? ¿Abrían a las 8.00 ó a las 9.00? ya no lo recuerdo. Será a las ocho, ¿a ver qué me he hecho?... aaah, uhmmmmm, bueno, esto ya ha remitido, es poco, es un punto, un costrón con la gomina fungicida esta que me he echado. Hostia el ojo está muy rojo, pa mí que se me ha evaporado el alcohol, y el trozo de papelito higiénico ha sido reabsorbido, ¿dónde está? ya no lo veo.

Voy a pasar del ojo, esto está bajo control, por cierto, no me puedo olvidar de la movida del hielo. Rápido, el hielo inmediato empaquetado que me regaló Chusa para la inflamación de las encías, ¿dónde lo puse?, joder, no me acuerdo, ¿en la cocina? Mira a estas horas no me voy a poner a buscar. Pues vaya, mira que no hacer el botiquín de emergencias, mira que en todas mi casas tenía muy claro mi botiquín, en mi cajita de madera preciosa, que me encontré en la calle una navidad, seguro que la botella de vino estaba riquísima, porque la caja es super bonita. Mira, que no, que no lo voy a buscar, simplifícate Anita, esto ya lo tienes controlado, ey! campeona, well done! Nada, nada, algo rapidito, unos hielitos, a ver, sí aquí están, una bolsita para congelar alimentos, en el primer cajón junto al fregadero, qué control Anita, así me gusta, todo controladito, sola en casa, pero todo controlao.

Bueno, va, ya no me duele, voy a poder dormir sin desangrarme, ya no tengo que ir en bici a la Paz a ver pasar las horas, bueno, pues hala a la camita, ... sí, y una mierda, primero voy a abrir la dichosa ventana de par en par y no medio entornada, que mañana me vuelvo a fostiar. Joder, una herida encima de otra herida, eso sí que duele. No, voy a abrir la ventana ya. Anda, pero si tengo aquí a mi pequeño Mac, bueno como ya no me voy a dormir así como así... voy a ver si alguien está conectado a mi blog.... aaah! Qué vida más tonta y vaya pis más gilipollas, la verdad. Mañana quiero recuperar mi cajita de madera, linda y funcional. ¿Será que más que redecorar mi vida las casas se nos acaban demasiado pronto? Al menos a mí. Y ahora a dormir con el hielo en la cabeza para evitar descubrir otras certezas con puntos finales más escabrosos.