visita mi web creativa

miércoles, 31 de octubre de 2012

Cultura alegre: misión posible



Estamos imparables, es que la gente alegre es lo que tiene. No te pierdas el nuevo CulturArt-e. 

Una iniciativa  organizada a tres bandas: Yolanda Sáenz de Tejada, Eva r. Picazo y Vera Moreno, que contaron con la colaboración de grandes artistas y el hotel Hospes de Madrid, con el fin de recaudar fondos para el comedor social de Paquita Gallego (entidad sin ánimo de lucro regentada y financiada por 28 amas de casa, que se están viendo desbordadas por las hambrunas silenciosas generadas por la crisis).

Asistieron más de 60 personas solidarias que con aportaciones de 5 euros rebasaron los 300 euros. Fue una acto fresco, distendido donde la participación y la interacción fueron las claves del éxito.

Sin duda la fila de los abrazos de la llegada ayudó a abrir los corazones. No te pierdas el CulturArte para poner imágenes a una velada solidaria e interesante. 
 

 

domingo, 28 de octubre de 2012

El precio no dicho

-->


Se ha roto
el hilo que nos unía,
se ha roto.

De nada sirve que busque
por debajo de la mesa.

Qué poco queda
si se rompe el vaso.

¿A dónde va lo vivido?
¿qué hacemos con los rescoldos?

Mirar aquellos ojos dulces
para toparnos con el huracán
de la nada.

Nubes
rellenan esta distancia
de terciopelo blanco
que                     rasga
mee                    rasga. 

El abrazo hueco me dice
que siga adelante
que aparte las piedras
sola, sin pan.

Una luciérnaga alumbra
el túnel,
minera en la vida,
continúo salvaje,
llevo en el bolsillo  
la búsqueda.

viernes, 26 de octubre de 2012

Los árboles, nuestros pulmones

-->
Ayer participé en el recital Artistas por la Gomera, y este fue mi Manifiesto:

 

Si todos hiciésemos propios los árboles, entendidos como un trozo de nuestro pulmón, imagino que seríamos más cuidadosos en el campo con los cigarros, las barbacoas, y las latas de coca-cola abandonadas. Eso parece que ya está aprendido porque se han calcinado demasiados árboles para que aprendamos esta pequeña gran lección.

Si todos hiciésemos propios los árboles, entendidos como un trozo de nuestro pulmón, imagino que exigiríamos que las leyes castigaran a quienes queman los bosques y que parte del castigo fuera plantar y plantar árboles, ver crecer las semillas, regar las plantas. La naturaleza no entiende de rejas, ni de prisiones.


Si quienes escribimos entendiéramos que los árboles son nuestros pulmones plantaríamos mínimamente tantos árboles como libros publicados.

Si quienes viajamos, y vamos como locos de un lado a otro: para comunicarnos, para trabajar, para disfrutar de la noche …. entendiéramos que los árboles son quienes nos ayudan a respirar en esta ciudad de hollín y malos humos, exigiríamos a las autoridades una reducción del coste del transporte público, una máxima frecuencia, y mejoras en la distancia ecológica reduciendo tiempos perdidos por culpa de rutas no eficientes.  Montaríamos en bici: no como paseo sino para enlazar recorridos cotidianos. Somos cómodos y la naturaleza se resiente, nuestros pulmones también. Podemos sobrevivir sin comer meses, sobrevivimos sin beber días.  Sin respirar podemos vivir, en intensa agonía, tan sólo unos cuantos minutos.


Vera Moreno, 2012.

lunes, 22 de octubre de 2012

Ese crepúsculo morado que confiesa





(Rebrotando a Antonio Machado)
Crecen bosques en  macetas
     en terrazas
     en jardines
                             crecen
las macetas olvidadas
a la intemperie.
El decrépito devenir de 
ausencias  y quemaduras
escuecen en la piel
hasta desollar el ánimo,
y crecen
las enredaderas verdes
en tiestos abandonados
(es cuestión de vida y tiempo).
Este jardín inglés de macetas invade
el territorio sin pedir permiso.
Sobre la pisada de olvido
crecen
los juncos verdes.
Suben por el palo de la escoba oxidada
las matas de poleo y el crepúsculo morado.
El diente de león
la higuera, que Fukuoka plantó,
crece.
Escuece el llanto, la quemazón y la herida
el siete de este corazón reseco

que aún respira.
Es la clorofila de las macetas
las mariposas 
el sol entreverado
quienes
en este otoño frío
devuelven el jugo y el canto
a la máquina de bombear vida
y crece 
                    el corazón zurcido
cuando  en las macetas estallan bosques:
el eterno olor de la higuera de sombra y dádiva,
que nos recolocan en el lugar de partida.

jueves, 11 de octubre de 2012

Una sombra opaca avanza



Este silencio de terciopelo blanco

aúlla

una leve nota,

tu voz,

un suspiro.


Este muro que separa el tiempo

me protege.

Me desarma

el silbo tuyo.


Estas manos que se tapan los oídos

arañan

al corazón pálpito.



Me equivoco, me confundo

una sombra opaca

una cortina de humo.


Nos queremos,

nos mentimos.

martes, 9 de octubre de 2012

Garajonay



¿Quién 


nos sostendrá ante la muerte 


si nos faltan los árboles?


¿Cuáles serán nuestras raíces,


dónde se depositará la historia?



La vida


escarbará entre la ceniza


y volverá a morir por el asfalto.



Un pueblo


sin bosques, sin memoria


no respira: malvive.



La corteza y el fruto


el musgo, las ramas


los nidos, 


los abrazos húmedos

el olor a tierra mojada, la lluvia.




¿Quién 

 

detendrá  este luto

si ya no podemos abrazar a los árboles?





El parque nacional de Garajonay está en la isla canaria de la Gomera. Este verano desde el 3 de agosto la isla ardió durante 15 días y el incendio arrasó con más de 4.000 hectáreas de su superficie, Garajonay ocupa más del 10% de la isla.

Fue declarado patrimonio de la Humanidad en 1986 por la UNESCO por ser una de las mejores muestras de la  laurisilva: un bosque  húmedo de variadas especies de hoja perenne que en el Terciario cubría prácticamente toda  Europa.

La pérdida de este pulmón de oxígeno supondrá un deterioro notable para la calidad del aire, las temperaturas y los índices de pluviosidad. La mala gestión de los protocolos de actuación ante el incendio contribuyó a que las áreas afectadas por el fuego fueran mayores.

Se cree que pudo ser provocado.