Tecleo cómo puedo mensajes incompletos y sus brazos en alto interrumpen lo urgente.
Benthe se viene conmigo, sus brazos fuertes exploran mi cuerpo y juntas descubrimos la intensidad del primer abrazo.
Sus dientes de cuarcita me regalan la luz en esta lluvia, las hojas de septiembre todavía agarran con fuerza las ramas. Arrecia un viento sin nombre, que destapa el otoño y da valor al calor de la casa.
Benthe se viene conmigo, o más bien, soy
yo quien sigue a ese dedito curioso que todo lo explora: el cristal de
la ventana, el pelo negro del gato.
Sus pies sin zapatos no sienten el frío, la libertad se escarba desde abajo. El espacio se comprende con la caída.
Benthe se viene conmigo aunque me marcho. Un corazón más para la luz de la familia.
3 comentarios:
Entrañable Vera:
Pude abrazarte y reabrazarte en la Puerta de Alcalá, en el recital que distes con Eva y Yolanda. Francamente eres impactante, escribes como te da la gana, del derecho y del revés, y recitas de ensueño. Que sepas que me vas a tener con un ojo en tu blog muy atenta, y con todo el cariño del mundo.
Más abrazos de una rubia que tiene un perro que habla,
Nená
“Un corazón más para la luz de la familia.”
Cómo me alegro de que Benthe haya venido contigo y me permitas disfrutar de esas instantáneas. Todavía recuerdo cuando nació. ¿Te acuerdas? Yo no olvidaré ese texto tan hermoso.
Sí, Benthe es un corazón más para la luz… Gracias por traerla.
Besos y abrazos de algodón, mi querida flor.
hola a las dos. Muchas gracias por pasear por aquí.
Querida Mariaxtu, yo tampoco puedo olvidarme del primer texto, y te digo que Benthe está preciosa y es una niña súper ágil e inteligente, aunque todavía no habla. Así que por el momento, todos felices.
Un gran abrazo a las dos.
Nel
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