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viernes, 26 de marzo de 2010

Carta al hijo



















Que tu cordón umbilical
se una a otro y...
el lazo no me contenga.
Vuelo, vuela!



Muy acertada esta canción, mil gracias Toñi:

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Como Un Pájaro Libre
Mercedes Sosa

Como un pájaro libre de libre vuelo,
Como un pájaro libre así te quiero.
9 meses te tuve creciendo dentro
Y aún sigues creciendo y descubriendo
Descubriendo, aprendiendo a ser un hombre
No hay nada de la vida que no te asombre
Como un pájaro libre ...
Cada minuto tuyo lo vivo y muero
Cuando no estás mi hijo como te espero
Pues el miedo, un gusano, me roe y come
Apenas abro un diario busco tu nombre
Como un pájaro libre ...
Muero todos los días, pero te digo
No hay que andar tras la vida como un mendigo
El mundo está en ti mismo, debes cambiarlo
Cada vez el camino es menos largo
Como un pájaro libre ...

Como madre que soy me tendré que ir haciendo a la idea.

Enhorabuena, Nelken, con poco has dicho mucho.

Besos.
Toñi

Nelken Rot dijo...

Qué buena dinámica estamos generando, unas proponen la letra y otras la música. Mis dos grandes pasiones, sin duda: la literatura y la música.

No conocía esta canción de la negra, veo que eres una gran conocedora de Mercedes Sosa, gracias por compartirla.

NR

Nelken Rot dijo...

Ejem! Bueno no quiero herir susceptibilidades, Port también propuso la canción de Amaral, asi que digo donde unos ponen la letras otros ponen la música.

Good night!

Anónimo dijo...

Que los hijos vuelen del hogar es signo de que el tiempo ha pasado, quizá demasiado deprisa para las madres. Sin embargo, si ese viaje se inicia desde la ilusión, es más fácil desconectar los dos cordones porque en ese vuelo va nuestra propia felicidad.

Querida Nelken, cuando tengas un hijo comprenderás muy bien de lo que hablo. Me ha encantando que trates este tema.

Un besito.

Mila

Nelken Rot dijo...

Utilizando una cita que aparece en Todo es papel de EGT escribo:

El móvil secreto y constante de nuestras acciones es el deseo de regresar al punto de partida.

Fernández Sánchez Dragó, gárgoris y Habidis.

Y es que aunque no todos seamos madres, todos somos hijos y la relación inconsciente de deseo al retorno nos limita, tanto a hombres como a mujeres, a unirnos a nuevas parejas superando a la madre, a las anteriores...

Cuando somos capaces de librarnos de todos los apegos y enganches conseguimos volar y dejamos que aquellos de los que nos desprendemos también vuelen.

Vuelo, vuelas.

Recibe un buen abrazo Mila

Nel

Mari Carmen Azkona dijo...

No veo el problema en aceptar que los hijos vuelen. Yo desde luego sé que no en una prolongación mía, que tiene su destino y ruta a seguir. Creo que el problema no es que le impida volar, sino que hace tanto tiempo que no vuelo, que mis alas se han replegado y se me ha olvidado volar.
En cuanto al cordón umbilical...físicamente se cortó al nacer, emocionalmente no se cortará hasta que yo desaparezca. Pero eso no nos impedirá volar, en solitario o en bandada.

Un abrazo muy, muy grande.

Nelken Rot dijo...

Aprovecha este sábado maravilloso y a volar Mari Carmen que los días y las noches están para que los disfrutemos, y si puede ser ahora, mejor que mejor.

super beso, super abrazo, superando lazos.

;-D

Manuel dijo...

Ufff... Nelken!, que pocas palabras hacían falta, al final, para decir en toda su profundidad, en toda su extensión, eso que nunca acabo de decir bien.

Y es que hay quien se empeña en atarse a cualquier nudo que no sea suyo con tal de no experimentar el propio.

Pero supongo que es que mucha gente solo sabe volar con alas ajenas. O quizá tiene demasiado miedo a la vida, cuando esta es propia.

En cualquier caso me parece una belleza el poema. Gracias.

Un beso.

Nelken Rot dijo...

Querido Manuel,

Tener miedo a vivir la vida de uno mismo es un gran tema. Concedernos todos los derechos y las libertades más allá de la constitución, concedernos vivir una vida grata y feliz, superando una moralidad cristiana limitadora, eso es un regalo que solo nosotros nos podemos conceder para nosotros mismos.
Romper cadenas invisibles, que están ahí aún cuando no nos damos cuenta.

¿Será todo una cuestión de mirar con distancia, perdonar y superar una moralidad personal mal entendida, y ser valientes para romper los lazos que nos impiden volar?

Un abrazo

Nelken