Ruedan por la roca de mi cara gotas silábicas.
Rastrean contornos, continentes y contenidos.
Insisto en ver peras, donde sólo habitan olmos.
Esta terquedad mía de no mirar a la pared.
Volvemos a la España del castigo:
recuerdo el jugo de la pera
cuando solo reparten palos.
4 comentarios:
Nada conseguirá que demos la espalda a este mundo aunque a veces no lo sintamos nuestro.
Me encanta que no calles y sigas viendo peras aunque muchos digan olmos... Me encanta esa forma de ser que es sólo tuya.
Un abrazo princesa
Darling, para bien o para mal, tengo personalidad, a veces no se me entiende o no soy la onda mayoritaria, pero el código de barras es inalterable, me parece.
Todo sería más sencillo si dijese oveja, pero como Gloria Fuertes, sin querer, siempre termino eligiendo lo difícil.
Me encantó verte el otro día.
Muakales
Nel
Mi querida Nel, lo imposible es lo que no se sueña, lo que no se desea...lo que no se intenta. ¿Por qué no pedirle peras al olmo? Lo importante es mantener la esperanza y no dejarnos intimidar para conseguir lo que creemos que es justo.
Jamás mirar a la pared...quizás no tengamos una varita, pero si la magia para el cambio. Está en cada uno de nosotros.
Besos y un fuerte abrazo.
Gracias por estar ahí Mariatxu.
Este es un poema en construcción y todavía no le he dado forma, a ver cómo resuelvo.
un beso de melocotón.
;-D
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