La ventana golpea,
la cortina amortigua
golpe.
Aiiiiire. Golpe. Golpe.
El viento inquieto
la cortina amortigua
golpe.
Aiiiiire. Golpe. Golpe.
abandonado
retumba en la tarde de silencio.
No hay palabras escritas
ni dedos que delaten un culpable.
El cuerpo ya sin tinta
vencido
sorbe el aire con un quejido.
Golpea la ventana
la cortina eriza,
viento.
Ahora ya, la nada habita.
4 comentarios:
“No hay palabras escritas
ni dedos que delaten un culpable.
El cuerpo ya sin tinta
vencido
sorbe el aire con un quejido.”
Detrás de la tormenta siempre llega la calma. Y si encima ese viento que golpea ventanas, que eriza cortinas, deja tras su paso este poema...
Me encanta, Nel, es extraordinario.
Con todo mi cariño, besos y abrazos.
tú si que eres extraordinaria.
Un abrazo linda.
;-D
Es precioso ... me parece sentir esas cortinas.
Un abrazo.
Un abrazo Carmencitas.
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